Amaia acaba de ser madre y se da cuenta de que no sabe muy bien cómo actuar. Al ausentarse su pareja por trabajo durante un corto periodo de tiempo, decide volver a casa de sus padres, en un bonito pueblo costero del País Vasco y así compartir la responsabilidad de cuidar al pequeño. Lo que no sabe la joven es que, aunque ahora sea madre, no dejará de ser hija.