Dirección: Fernando García-Ruiz
La historia sigue a Javier (Arturo Valls), un exitoso empresario de mediana edad que lleva una vida aparentemente perfecta. Sin embargo, bajo su fachada de respetabilidad, Javier oculta un pasado lleno de secretos oscuros y decisiones éticamente cuestionables que lo han ayudado a ascender en el mundo de los negocios.
Todo comienza a desmoronarse cuando Javier recibe una serie de inquietantes mensajes anónimos que lo acusan de ser una "mala persona" y amenazan con exponer sus más profundos secretos. A medida que los mensajes se vuelven más personales y amenazantes, Javier se ve obligado a investigar quién está detrás de ellos y qué quieren de él.
La tensión aumenta cuando los mensajes empiezan a afectar su vida personal y profesional, poniendo en peligro su matrimonio con Laura (interpretada por Marta Etura) y su relación con su hija adolescente, Elena (interpretada por Claudia Traisac). Desesperado por proteger a su familia y su reputación, Javier se embarca en un oscuro viaje de autoexaminación y confrontación con las personas que ha perjudicado en su ascenso al poder.
La película utiliza una narrativa no lineal, con flashbacks que revelan gradualmente las acciones pasadas de Javier y cómo estas han afectado a los demás. La dirección de Fernando García-Ruiz crea una atmósfera cargada de suspenso y paranoia, con una cinematografía que oscila entre lo claustrofóbico y lo expansivo, reflejando el estado mental cada vez más inestable de Javier.
Arturo Valls ofrece una actuación sorprendentemente poderosa y multifacética, capturando la complejidad de un hombre que lucha con su propia conciencia y las consecuencias de sus actos. Su interpretación muestra a Javier como un personaje profundamente humano, con momentos de vulnerabilidad y remordimiento que lo hacen comprensible, aunque no necesariamente excusable.